Un momento dulce, así es el
recuerdo de mi primera comunión. Por eso, cuando mi querida amiga Marga me
pidió formar parte de la comunión de su hija, encargándome los detalles de ese
día tan especial, me sentí halagada y agradecida.
Diferentes ideas me vinieron a la
cabeza, pero ninguna me convencía. El regalo tenía que cumplir dos requisitos.
Por un lado, quería que fuese útil, que su uso prolongase en el recuerdo, de familiares
y amigos, los divertidos y emocionantes momentos vividos en el gran día de la
pequeña M. Y por otro lado, debía ser dulce, como la infancia, como… el
recuerdo de mi primera comunión.
Tras barajar varias
posibilidades, el detalle que cumplía con los objetivos marcados fue esta
bonita bolsa de merienda, rellena de deliciosas golosinas.
No quiero acabar este "post" sin
darle las gracias a mi Margui, por confiar en mí en un momento tan especial.