Este bonito y simpático Papá
Noel da la bienvenida a los familiares y amigos que en estas fechas visitan la
casa de mis padres.
Aún recuerdo cuando lo hice.
Mi madre, amante incondicional de la Navidad, me insistía en cambiar el típico
adorno que colgaba de la puerta de casa. Yo, reticente, ya que esta época del
año no me entusiasma demasiado, me hice la
remolona hasta….hasta que deje de pensar en mí y me centré en ella, en mi
madre, esa persona que, año tras año, se esforzaba en hacer de la Navidad una
fiesta inolvidable para mí y mis hermanos.
Por ello, este post se lo
quiero dedicar a mi madre. Estas palabras son para ti mamá, por intentar fomentar mi ilusión y la de mis
hermanos, con árboles imborrables de los que podían colgar paragüitas y Reyes
Magos de chocolate hasta cajas de cerillas envueltas en maravillosos papeles de
regalo. Por alimentar el espíritu de la Navidad con sus espectaculares belenes
de montañas nevadas y fuentes artificiales. Por preservar la unión familiar a
través de copiosas cenas tras largas horas en la cocina, como buena gallega. Y
por el amor que todos los años nos regalas a los tuyos y a los amigos que,
abusando de tu bondad, sentamos a tu mesa, en la que siempre son bienvenidos.
Así que, gracias mamá, por regalarnos cada año recuerdos imborrables
y especiales.